Si del 1 al 10 tengo que calificar la influencia que sobre mí tienen las NTIC, sinceramente pondría un 9. Sí, ni más ni menos, un 9, un casi 10.
Es bien cierto que las NTIC tienen cada día mayor auge e importancia en su aplicación dentro de la sociedad en que vivimos, y como miembro de esta sociedad que soy, no me quedo atrás, y sino fijaros en un día cualquiera:
Me despierto con el tono de los hombres de Paco que suena en mi móvil, aunque no rechazo la tradición de: “María! Son menos cuarto!”; “María te has dormido!” de mi madre.
Me voy al baño y pongo el calefactor para estar calentita mientras me ducho; voy a la cocina y pongo en el microondas la leche y mientras desayuno pongo esa caja tonta, que para mí no es tan tonta, para ver los deportes o el tiempo.
Seguidamente, bajo a la calle, y con la llave busco las lucecitas que me indiquen donde aparqué mi gordi. Una vez encontrado, subo para la estación, por supuesto bien calentita con el aire acondicionado y escuchando musiquita nueva que mi hermana ha grabado.
Si llego tarde, que pierdo el tren mando un SMS “Lydia lo he perdido”. Una vez que se que me da tiempo, saco el billete en las máquinas.
Subo al tren, leo el periódico y una vez que acabo cojo el mp3 con mi musiquita.
Oigo “Próxima parada Castellón, final del trayecto” del tren y ya me levanto para esperar que abran la puerta que “ojalá ojalá” queden cerca de las escaleras mecánicas.
Bono en mano y autobús esperando, paso por la maquineta y sí, por fin llegamos a la UJI.
Tras esto, un largo etcétera, pues las NTIC es lo que tienen, una vez que empiezas con ellas…ya no puedes parar.
Es bien cierto que las NTIC tienen cada día mayor auge e importancia en su aplicación dentro de la sociedad en que vivimos, y como miembro de esta sociedad que soy, no me quedo atrás, y sino fijaros en un día cualquiera:
Me despierto con el tono de los hombres de Paco que suena en mi móvil, aunque no rechazo la tradición de: “María! Son menos cuarto!”; “María te has dormido!” de mi madre.
Me voy al baño y pongo el calefactor para estar calentita mientras me ducho; voy a la cocina y pongo en el microondas la leche y mientras desayuno pongo esa caja tonta, que para mí no es tan tonta, para ver los deportes o el tiempo.
Seguidamente, bajo a la calle, y con la llave busco las lucecitas que me indiquen donde aparqué mi gordi. Una vez encontrado, subo para la estación, por supuesto bien calentita con el aire acondicionado y escuchando musiquita nueva que mi hermana ha grabado.
Si llego tarde, que pierdo el tren mando un SMS “Lydia lo he perdido”. Una vez que se que me da tiempo, saco el billete en las máquinas.
Subo al tren, leo el periódico y una vez que acabo cojo el mp3 con mi musiquita.
Oigo “Próxima parada Castellón, final del trayecto” del tren y ya me levanto para esperar que abran la puerta que “ojalá ojalá” queden cerca de las escaleras mecánicas.
Bono en mano y autobús esperando, paso por la maquineta y sí, por fin llegamos a la UJI.
Tras esto, un largo etcétera, pues las NTIC es lo que tienen, una vez que empiezas con ellas…ya no puedes parar.
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